Estado terminal era el diagnóstico de nuestro centro de emergencias, de eso creo que no hay duda, pero enfatizó en el verbo “era” ya que esos pocos cientos que quedamos de ese apocalipsis administrativo dejado por el director anterior ya es solo una cicatriz sanada en nuestro cuerpo moral. Creo que puede ser pedante lo que diré pero en cierta forma el llevarme todas esas decepciones pasadas por parte de mis ex-colegas en parte me liberó de su mediocridad, de caer en malos hábitos solo por el hecho de llegar a un acuerdo con ellos o de tal vez haberme mal acostumbrado a la pobreza moral.
Mi compañero me dice desde lejos “oye tú…¿acaso olvidaste mirate al espejo?…que eso no se te olvide nunca” a lo que simplemente no quise contestar, seguí revisando papeles y mi compañero simplemente sonrió y se retiró, yo simplemente creí que era una de muchas frases que dice en el día para molestarme siendo que en realidad tenía un mensaje oculto que me costó entender. Siguiendo con la revisión de papeles también hago la revisión de contratos en donde puedo ver quienes se quedaron con nosotros, todos personas que subestimamos en tiempos pasados pero que ahora eran incluso personal tope de linea en nuestra institución y en donde nos dimos la oportunidad de confiar el uno en el otro y también de sorprendernos mutuamente ya que absolutamente nadie daba un peso por nosotros ni tampoco por la gente que se quedó, muchos de ellos personal nuevo o muchas veces incomprendido por jefaturas pasadas, gente que al fin y al cabo no supieron ver y respetar el potencial que tenía este personal el cual yo en actualidad no cambiaría por nada del mundo.
“Es que ustedes no son parte del círculo de siempre, ¿como piensan avanzar?” era la frase recurrente que nos hacia mucha gente con respecto cómo llevaríamos las riendas de esta institución a lo que mi compañero les respondía simplemente “con nuestras manos, es lo que tenemos”, eso al fin y al cabo fue nuestro escape aunque suene idiota. Es muy cierto que no somos parte de ese “círculo de siempre” pero construimos algo mejor, un círculo propio en donde podemos actuar con tranquilidad y libertad, en donde la gente se mide por quien y no por quien esta o por la imagen que vende, hemos sido capaces de mirarnos a la cara y desde ahí partir para crecer a un estado mayor, un estado que nos haga pensar que todo ha valido la pena.
Ya son casi las 8:00 AM del segundo turno de emergencia y viene el cambio de turno en donde le doy la batuta a mi fiel compañero para que se haga cargo de los servicios mientras vuelvo a casa para descansar y como siempre antes de irme mi colega me dice “no olvides verte al espejo apenas llegues a casa a descansar”. Esa frase ya era una tradición de parte de mi colega pero a la cual yo nunca hacía caso, pero siempre le seguía la corriente para no ofender.
Llegue a casa más temprano de lo planeado y no se porque este día si decidí hacer caso del consejo de mi amigo y creo entender el porque siempre me decía esa frase cábala al cambio de turno. Al verme al espejo vi al mismo de siempre, pero con un detalle que marcaba toda la diferencia, ya estaban fuera las malas influencias que había en esta institución y eso se veía todos los días en mi semblante, ya estaba fuera del estado terminal.
Urgencias Primarias por Raúl “El Búho” Muñoz se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial 4.0 Internacional.