Estado terminal era el diagnóstico de nuestro centro de emergencias, de eso creo que no hay duda, pero enfatizó en el verbo “era” ya que esos pocos cientos que quedamos de ese apocalipsis administrativo dejado por el director anterior ya es solo una cicatriz sanada en nuestro cuerpo moral. Creo que puede ser pedante lo que diré pero en cierta forma el llevarme todas esas decepciones pasadas por parte de mis ex-colegas en parte me liberó de su mediocridad, de caer en malos hábitos solo por el hecho de llegar a un acuerdo con ellos o de tal vez haberme mal acostumbrado a la pobreza moral. (más…)
